CONTADORES GERENCIALES, UNA PROFESIÓN DIFERENTE A LA DE LOS CONTADORES PÚBLICOS
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La profesión de los contadores gerenciales/administrativos [management accounting] es una profesión diferente a la de los contadores públicos/auditores [public accounting].
Esto no es entendido en Colombia y a ello no ayudan la ley 43/90 ni los desarrollos de la ley 1314/2009, que tienen en común que no diferencian nada porque meten en el mismo costal todo y nivelan por lo bajo.
Así las cosas, el contador público colombiano, que el CTCP ha pretendido identificar con el contador profesional del Código de Ética de IASB, está facultado para ejercer todas las profesiones contables habidas y por haber. Como se basa en un modelo generalista, no entiende el ejercicio profesional especializado. La cumbre de ello es la revisoría fiscal, que siendo un órgano societario interno se pretende ejerza funciones que requieren independencia frente a la entidad, como es el caso de la auditoría de estados financieros según los ISA/NIA.
Así como he insistido en que la revisoría fiscal debe transformarse para que ejerza con calidad ya sea las funciones de auditoría independiente de los estados financieros (liberándola de las otras funciones que no le son compatibles) o las funciones de asesoría/consultoría a la gestión de la administración (liberándola de la función de auditoría independiente de estados financieros), también he insistido en que es necesario crear la profesión de la auditoría independiente de los estados financieros.
Y también crear la profesión de la auditoría interna (según los estándares del IIA). Y también crear la profesión de los contadores gubernamentales (según orientación de la CGN). Y también la de los contadores tributaristas (según la orientación de la DIAN).
Ahora insisto en que es necesario crear, también, la profesión de los contadores gerenciales/administrativos, ojalá según la orientación de The Institute of Management Accountants, IMA, que es la asociación de contadores y profesionales financieros en negocios, la entidad líder a nivel internacional en estas cosas.
El 18 de junio pasado el IMA lanzó en borrador para discusión pública de su estructura mejorada de la competencia en contabilidad gerencial, un esfuerzo orientado a reflejar las habilidades que los contadores gerenciales necesitarán para mantenerse relevantes en la medida en que tecnologías nuevas tales como cadena de bloques, aprendizaje de máquina y automatización robótica de procesos impactan esta profesión. El período de comentarios está abierto hasta el 17 de septiembre de 2018.
Esta estructura identifica seis dominios de habilidades centrales que los profesionales de finanzas y contabilidad necesitan, la mayoría de los cuales hacen parte de la certificación en contabilidad gerencial (CMA), que acredita a estos profesionales. Tales dominios son: (1) Administración estratégica; (2) presentación de reportes y control; (3) Tecnología y analíticas; (4) Liderazgo; (5) Visión para los negocios y operaciones; y (6) Valores profesionales y ética profesional.
Ciertamente estos dominios son muy diferentes a los del auditor de estados financieros (el contador público según los estándares internacionales). Y muy distintos de los del contador público colombiano centrado en lo tributario (que, mediante el uso de la ‘alquimia contable’ todo lo convierte en un asunto tributario).
Analizando las nuevas condiciones del ejercicio profesional de los contadores gerenciales, Raef Lawson señala que la educación de estos profesionales tiene nuevos imperativos. Una vez más, debe reiterarse, diferentes a los del auditor de estados financieros o a los del contador tributarista.
Lawson comienza con esta frase:
“La tecnología está redefiniendo el rol del contador gerencial al tiempo que cambia el panorama de los negocios y la profesión de la contabilidad gerencia a una velocidad sin precedentes. Para preparar a los futuros profesionales, la educación en contabilidad gerencial también tiene que cambiar. La recientemente revisada Management Accounting Competency Framework, publicada por el IMA (Institute of Management Accountants), puede ayudar a proporcionar orientación sobre cómo lograr esta hazaña.”
Luego de analizar la estructura actual de competencia en contabilidad gerencial y analizar esa profesión cambiante, Lawson se centra en la nueva estructura de competencia y las implicaciones para la educación en contabilidad gerencial. Termina respondiendo la pregunta: ¿dónde comenzar?
Interesante el análisis que hace Lawson de la evolución de las analíticas de datos para los contadores gerenciales. Presentando en un eje el ‘valor’ y en otro ‘retrospectiva, visión, previsión,’ muestra que la evolución ha sido: (1) analíticas descriptivas (¿Qué ha ocurrido?), (2) Analíticas de diagnóstico (¿Por qué ocurrió?), (3) Analíticas predictivas (¿Qué es probable que ocurra), (4) Analíticas prescriptivas (¿Qué debemos hacer?), y (5) Analíticas adaptativas (¿Cómo puede ayudar el aprendizaje de máquina?).
Al analizar las implicaciones para la educación en contaduría gerencial, Lawson anota:
“Tal y como se señaló anteriormente, la Estructura revisada refleja los cambios continuos en la profesión de la contabilidad gerencial y las competencias que se necesitan para tener éxito. Esto plantea la pregunta de qué tan bien las instituciones académicas están preparando a sus estudiantes para las carreras del futuro en este campo mediante ofrecer un currículo que abarque las competencias que se incluyen en la Estructura. Las escuelas pueden usar la Management Accounting Competency Framework del IMA para orientar el cambio en el salón de clase a fin de preparar mejor a sus estudiantes para el lugar de trabajo.”
Lawson concluye con algunas preguntas que los instructores se deben hacer a sí mismos en relación con este problema:
- ¿En qué extensión el currículo de mi escuela prepara a los estudiantes para el éxito de carrera de largo plazo?
- ¿El currículo de mi escuela refleja el rol de negocios-asociación de los contadores gerenciales?
- ¿En qué extensión mi currículo cubre las habilidades tecnológicas esenciales?
- ¿En qué extensión la ética profesional está integrada en mi currículo?
- Las habilidades interpersonales y de comunicación serán crecientemente importantes. ¿Mi escuela está repensando su cobertura de esas competencias en mi currículo?
- ¿En qué extensión mi currículo y mis tecnologías de instrucción fomentan el desarrollo de habilidades de aprendizaje de orden más alto?
- ¿Mi currículo les ayuda a los estudiantes a desarrollar competencias de una manera integrada?
- ¿El modelo de negocios de mi escuela y las ofertas de curso de mi escuela reflejan el panorama cambiante de la educación?
Estas cosas en Colombia son bastante difíciles de proponer y analizar. No faltará quién diga que en su carrera de contaduría hay una materia que cubre todas esas temáticas. Tampoco faltará quién diga que nosotros tenemos mucho más que ellos y estamos más adelantados.
Un análisis sereno comienza por aceptar que hay diferencias. Principalmente, que se trata de profesiones diferentes. Pero también, pasa por entender que los modelos generalistas cedieron el paso ante los modelos especializados. Y que en un entorno tan difícil como el presente, los modelos generalistas ya no aportan soluciones eficaces. Es una época de lo especializado.
¿Podrán los contadores colombianos que tienen la certificación CMA ayudar a que sus pares entiendan que no es lo mismo que la contaduría pública? Que es diferente de la profesión de los auditores de estados financieros. Que es distinta de la profesión de los contadores gubernamentales. Que no es lo mismo que la profesión de los contadores tributaristas.
Posiblemente a solucionar esas cosas no ayuden ni los portafolios de muchas firmas de contadores (‘que ofrecen de todo y todo lo convierten en un asunto tributario’) ni los enfoques de muchos programas de contaduría pública (‘que se autodenominan integrales e internacionales porque tienen de todo, pero no se diferencian en nada).
Es hora de que los contadores gerenciales muestren las diferencias.
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