Por Lizzette Lara.
Las empresas latinoamericanas tendrán más de 144 mil millones de dólares en deuda con vencimiento en los próximos dos años, de los cuales 57% está denominado en monedas del G10, lo cual significa que alrededor de 250 compañías en América Latina propondrán refinanciar más de 500 millones de dólares en promedio. ¿Cuáles son las tendencias en los mercados de deuda que una empresa deberá considerar hacia adelante?
A lo largo de los últimos seis años, los bancos internacionales han asesorado activamente la administración de pasivos de las compañías latinoamericanas. Como resultado de esto, los Corporativos no sólo han tenido la capacidad de reestructurar su perfil de endeudamiento, sino además han podido emitir deuda con menores rendimientos y a mayores plazos.
De 2012 a 2016 la proporción de emisiones internacionales vs emisiones locales en América Latina ha permanecido relativamente estable. Como se muestra en la gráfica de abajo el tamaño y la importancia de los mercados de deuda en Brasil es considerable, especialmente en el periodo en que el fondeo internacional no era una opción para los emisores brasileños (2014-2015).
Para el resto de los países latinoamericanos, el financiamiento en USD tuvo una dislocación en 2016 debido a la depreciación de las divisas y la incertidumbre política, particularmente en Brasil, Perú y Colombia. Los activos de renta fija en mercados emergentes operaron al mayor nivel de descuento respecto a mercados desarrollados, durante 2014–15.
La diversificación en las emisiones, no sólo se ha visto en la diversidad del fondeo, sino también en la composición del cupón. Dada la mayor probabilidad de alza en las tasas de interés estadounidenses, los inversionistas también están incrementando la demanda por instrumentos de tasas flotantes, variables o con cupones ajustables, como se muestra en la gráfica de abajo.
Durante este periodo la actividad principal ha sido enfocada en la gestión de pasivos. Las entidades soberanas de América Latina se enfocaron en crear una curva de referencia sólida, diversificar la mezcla de divisas de fondeo, así como extender su duración asegurándose de no caer en la mira de las agencias calificadoras. Como referencia podemos encontrar las emisiones de bonos en euros con vencimiento a 2030 para Perú, 10 años para Colombia, así como 6 y 15 años para México.
Un año para recordar
Sin duda alguna, 2016 será recordado como uno de los años de mayores retos en el universo de los mercados de deuda. El año comenzó con uno de los disturbios de mayor volatilidad accionaria después de que el Índice bursátil de Shanghai perdió 38% (luego de haber alcanzado el punto máximo en junio de 2015), habiendo tenido la peor caída en dos décadas. A mitad de año los inversionistas se conmocionaron por los resultados del referéndum sobre la Unión Europea que dieron lugar al Brexit y la consecuente caída de 20% de la libra esterlina, la cual se convirtió en la moneda con el peor desempeño a octubre del año pasado. La volatilidad en el mercado alcanzó su punto máximo después de los resultados de las elecciones en Estados Unidos, para finalizar el año con un alza en las tasas de interés de la Reserva Federal, el movimiento pospuesto y más esperado por el mercado.
En términos generales, durante 2016 las emisoras de América Latina, excepto Brasil, permanecieron activas en los mercados internacionales impulsadas por dos factores principales: el refinanciamiento en anticipación al incremento en las tasas de interés de Estados Unidos, así como la capitalización ante posibles riesgos derivados del resultado en las elecciones en Estados Unidos; para referencia más de 65% del financiamiento obtenido durante 2016 se obtuvo en el segundo semestre del año.
Con excepción de Pemex y PDVSA, 2016 tuvo una caída significativa tanto en el volumen de emisión corporativa, como en el número de emisores participantes en el mercado. La depreciación del peso mexicano ante el dólar no sólo desalentó la participación de las emisoras mexicanas tradicionales en los mercados, sino que generó una dislocación en la referencia relativamente estable del Swap Divisas TIIE -LIBOR, como se puede apreciar en la gráfica siguiente.
Durante 2016 destaca en particular el exitoso regreso de la República de Argentina a los mercados, colocando más de 16.5 mil millones de dólares en los mercados, ejecutando la mayor colocación internacional jamás realizada por un emisor de mercados emergentes, la cual confirmó el retorno sobre el apetito de riesgo de los inversionistas.
Los participantes más activos y recurrentes en el mercado de deuda durante 2016 fueron los bancos e instituciones financieras las cuales se enfrentaban a nuevas regulaciones que les forzaba incrementar sus requerimientos de capital. El sector energético se destacó por los fondos obtenidos, destacando en particular entidades como Petróleos Mexicanos que ejecutaron el ejercicio más activo de gestión de pasivos obteniendo financiamiento a lo largo de toda su curva de referencia, obteniendo fondos en USD, JPY, EUR, CHF y MXN.
Perspectivas para 2017
Durante el primer trimestre de 2017 hemos visto una alza sorpresiva en todos los activos, las acciones y monedas latinoamericanas han sido las más beneficiadas. Mientras que los bonos latinoamericanos han estado determinados por la tasa de política monetaria de los bancos centrales, el apetito de crédito de los inversionistas y las expectativas de inflación, los activos de renta fija también se han recuperado en promedio 60 puntos base desde que el nuevo gobierno de Estados Unidos asumió el poder.
En términos generales, las perspectivas económicas globales han mejorado; ha habido una recuperación en los márgenes crediticios tanto en activos con grado de inversión, así como en los activo de alto riesgo, sin embargo los inversionistas siguen mostrándose cautelosos y selectivos.
Durante el primer trimestre del 2017, más de 150 emisoras latinoamericanas han podido regresar a los mercados internacionales de deuda, obteniendo principalmente financiamiento a corto plazo. Alrededor del 82% de estas emisoras ha colocado deuda por plazos menores a 5 años, 10% de ellas, como entidades financieras y otros emisores recurrentes lograron fondearse a plazos de 7 a 10 años y únicamente el 4% logro fondearse fondos a plazos superiores entre 15 a 30 años.
Las agencias calificadoras permanecerán atentas a la región, en particular sobre aquellos países con grandes déficits fiscales y cuya balanza comercial pueda tener un deterioro significativo derivado de mayores políticas proteccionistas.
La agenda política para 2017 y 2018 podría ensombrecer el panorama para México, Argentina, Colombia y Brasil. El gobierno de México podría ser la entidad con el mejor perfil de endeudamiento al tener sólo un bono en euros que vence en octubre de 2017. Brasil podría proponerse regresar a los mercados y aprovechar su recuperación crediticia, mientras que Perú en su etapa post-electoral podría aprovechar levantar los fondos necesarios para los proyectos de infraestructura propuestos durante la campaña política.
Dada la perspectiva en los mercados de otros dos incrementos en las tasas de interés de Estados Unidos y la expectativa de una inflación moderada en este país, las emisoras latinoamericanas podrían continuar aprovechando activamente los mercados internacionales.
Los diferenciales en las tasas de interés generados por el endurecimiento en las políticas monetarias implementadas en la región desde 2015 podrían evitar mayores depreciaciones de divisas. Por lo tanto, la recuperación y estabilidad relativa de las monedas latinoamericanas podría propiciar la implementación de una activa política de cobertura cambiaria a un plazo más largo.