miércoles, 21 de junio de 2017
1. Calcula tus costos
Este paso es muy importante, ya que es el punto de partida para establecer el precio que cobrarás a tus clientes: ¿cuáles son los costos que tienes que cubrir para poder ofrecer tus servicios?
Antes de tasar tu actividad has de establecer cuánto te cuesta llevarla a cabo. Estos gastos pueden ser directos (materiales, estructura, gastos de desplazamiento, impuestos sobre tu actividad, etc.) o indirectos (marketing, cursos formativos, gastos de teléfono, gastos asociados al mantenimiento de una página web, etc.)
Sin embargo, el costo más importante a considerar no se rige en dinero, sino en tiempo: ¿cuántas horas te lleva llevar a cabo el servicio? ¿Cuál es el valor de tu hora-hombre?
2. Investiga el mercado
El segundo paso para determinar el valor de tu servicio es el de hacer un pequeño estudio de mercado: ¿cuánto cobran por el mismo servicio tus competidores directos? ¿En qué se diferencian sus servicios del tuyo? ¿Ofrecen algo que tú no ofrezcas, o viceversa? ¿Cuál es la reacción del público ante sus precios?
Esto te dará un primer pantallazo en cuestión de rangos de precio dentro de tu industria. Ten en cuenta que existe una delgada línea sobre el concepto de un ‘precio correcto’: si cobras mucho más que tus competidores sin ofrecer beneficios adicionales, correrás el riesgo de perder a tus clientes ante opciones más económicas. Si, por otro lado, cobras menos que tus competidores por un servicio similar, lo más probable es que tus clientes pongan en duda la calidad de tu trabajo.
Si tu intención es cobrar por encima de la media, has de identificar claramente los beneficios extras que ofreces a los clientes, y atribuirle un valor a cada uno de esos beneficios. Si por el contrario tu intención es cobrar por debajo del promedio del mercado (lo que puede llegar a ser útil durante las primeras etapas en las que todavía estás construyendo tu marca), has de tener un buen pretexto por el cual el costo de tu servicio es menor, y no simplemente un “porque sí”.
3. Pregúntale a tus clientes
Para tener una idea del valor de mercado del servicio que proporcionas, tus clientes son la mejor fuente de información: pregúntales cuánto están dispuestos a pagar y qué beneficios mínimos esperan por su dinero. Otras preguntas útiles que puedes hacerles son: ¿quién provee el mejor servicio en tu área? ¿Cuánto valoran los clientes las calificaciones y la experiencia?
Si ofreces tus servicios mediante plataformas online como StarOfService o Upwork, aprovecha el sistema de evaluaciones de dichas plataformas e invita a tus clientes a valorar tu actividad a través de las mismas. Esto te facilitará la tarea ya que los clientes se inclinan más a responder de una manera honesta y abierta a una evaluación en línea debido a la sensación de protección que ofrece el tener una pantalla de por medio.
Si no trabajas de esa manera y no dispones de un sistema de evaluaciones automático, puedes preparar un simple formulario que tus clientes puedan rellenar para manifestar su contento (o descontento) con tus servicios.
4. Determina un margen de ganancia razonable
Una vez que hayas recopilado toda la información mencionada en los tres puntos anteriores, has de tasar tus servicios de manera de asegurarte de estar recibiendo un beneficio que valga la pena el esfuerzo y la dedicación. Este es un ejercicio delicado que precisa de un gran sentido del equilibrio, ya que tus precios tendrán un efecto directo sobre la percepción que tus clientes y competidores (y el mercado en general) tendrán sobre tus servicios.
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