martes, 10 de septiembre de 2019

LA TECNOLOGÍA Y LAS HABILIDADES HUMANAS EN LA AUDITORÍA


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 AUDITORÍA DE TI  | 
Actualmente, la tecnología juega un papel importante en las diferentes profesiones. La auditoría es una de ellas. Gracias a la tecnología, está cambiando la manera en que se ejecuta el trabajo y continuará haciéndolo a un ritmo cada vez más rápido. No obstante, hay cualidades y habilidades que no es posible reemplazar. Es necesario aprovecharlas en un entorno en el que las labores automatizadas están abarcando mayores espacios. Es importante identificar los servicios clave que corresponden a aquellas habilidades que no es posible automatizar, para cultivarlos y convertirlos en un foco clave de la práctica profesional. Establecerse como un asesor valioso para los clientes es tan importante para el futuro como comprender cómo blockchain podría cambiar las auditorías o la inteligencia artificial (IA) facilitará el manejo de datos.
La consultoría
No basta con obtener las cifras y datos correctos a partir de la contabilidad. Para un usuario de la información, es igualmente importante la forma en que los resultados e información contable y financiera apoyan sus decisiones comerciales en el futuro. Este asesoramiento siempre ha sido un activo valioso. En un mundo donde se plantea la tecnología para facilitar los aspectos de cumplimiento de la contabilidad, los servicios de consulta y asesoramiento serán una gran forma de que las empresas se diferencien de sus competidores. En eses sentido es conveniente preguntarse ¿Cómo se puede hacer para que el análisis sea una parte más focal de la práctica profesional?
Un primer paso es entender que los servicios de asesoramiento deben ir más allá de la obtención de cifras y del cumplimiento normativo. Hay que incluir asesoramiento como mayor porcentaje del compromiso laboral.
Los servicios de consultoría verdaderamente útiles llevan las cosas un paso más allá y ofrecen soluciones que parecieran no pertenecer al ámbito tradicional de un auditor. Digamos, por ejemplo, que es posible verificar la afluencia laboral estacional de un cliente minorista para las vacaciones en función de las tendencias del año anterior. ¿Qué pasaría si se pudiera usar esos datos para ayudar al cliente a medir cuántos empleados de temporada contratar? Ese es el tipo de información procesable que mejora la reputación a los ojos de los clientes. Como beneficio adicional, el trabajo interpretativo como este ejemplo es exactamente el tipo de valor que las computadoras están lejos de ser capaces de proporcionar.
Las relaciones personales
Además de convertir los números en conocimiento y resultados, los auditores deben poder funcionar como un confidente confiable para sus clientes. Tener fuertes habilidades de comunicación y relaciones interpersonales son rasgos vitales, incluso más ahora que antes. Aprender el arte de una conversación, no solo apresurarse por el lado comercial de la conversación, sino crear espacio para una relación donde el cliente se sienta seguro para contarle sus esperanzas, miedos y luchas, es clave para desarrollar una verdadera relación de asesoramiento.
Sin embargo, esto abarca muchas veces entregar verdades duras a los clientes; Si se reúne regularmente con su cliente y revisa sus números, se convierte en una conversación estratégica y proactiva que se valora. No importa cuán avanzada sea la tecnología, lo que no puede reemplazar es la conversación, la lluvia de ideas sobre nuevas ideas y los ojos humanos que tiene el impacto operativo en el negocio, no solo financiero. Cuando se es la persona que ayuda a proporcionar este tipo de orientación, puede ser muy valioso.
La confianza y la comunicación no son los puntos fuertes de la tecnología. No importa cuán avanzado y futurista se vuelva el mundo, las computadoras nunca entenderán un negocio de la manera en que un ser humano puede hacerlo. Hay que sumergirse en el tema, haciendo preguntas que nadie más sabría hacer, brindando una comprensión de los negocios de los clientes y cómo los datos contables pueden guiar hacia el éxito futuro.
Lo bueno (y lo malo) de la tecnología
Para prepararse realmente para el futuro de la auditoría, sea cual sea su futuro, hay que ver la tecnología desde ambos ángulos. Por un lado, es necesario saber qué tecnología está llegando y cómo afectará la forma en que se hace el trabajo. Por otro lado, hay que reconocer lo que la tecnología no puede hacer y cómo puede usarse esta situación como una ventaja. Cuando esos dos conceptos comienzan a funcionar en concierto, y se dedica la cantidad de tiempo adecuada para aprender nuevas habilidades y mejorar las que ya se tienen, es una preparación adecuada para un futuro brillante.
C.P. Iván Rodríguez – ivan.rodriguez@auditool.org          

Auditor y Consultor, Diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, Diplomado en Gerencia de la Calidad, Contador Público de la Pontificia Universidad Javeriana, con 20 años de experiencia en diversas empresas. Amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool

Bogotá D.C, Colombia


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