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Los estándares adoptados en junio por el Grupo de Acción Financiera Internacional requieren que los cambistas de criptomonedas, algunos proveedores de billeteras digitales y otras empresas envíen datos de los clientes, incluidos nombres y números de cuenta, a las instituciones que reciben transferencias de fondos digitales, similar a una transferencia bancaria. El objetivo de la llamada regla de viaje –travel rule—es ayudar a las autoridades de ley a rastrear actividad sospechosa.
Llegar a determinar cómo cumplir con los estándares está mostrando ser una tarea nada sencilla. Las empresas criptográficas no tienen la infraestructura para enviar datos de clientes entre sí, según apuntan algunos ejecutivos de la industria. También existe el desafío de lograr que las empresas de una industria descentralizada lleguen a un consenso sobre cómo se debe financiar y gobernar un sistema para compartir información.
Según las pautas del GAFI, las criptoempresas deben transmitir los datos de los clientes a otras instituciones financieras al transferir US$ 1.000 o más. Una regla similar ha estado vigente para las instituciones financieras estadounidenses desde 1996.
Las directrices del GAFI tienen como objetivo alentar a los países a fortalecer sus regulaciones de criptomonedas.
La regla de viaje también tiene la intención de proporcionar una pista de auditoría que los investigadores puedan usar después de un ataque terrorista o en las investigaciones de delitos financieros, y brindar a los reguladores una herramienta para implementar sanciones selectivas.
El desafío que enfrenta la industria es desarrollar un enfoque para enviar y recibir datos de los clientes de manera segura y estandarizada. Los ejecutivos de la industria se reúnen regularmente, participan en grupos de trabajo y evalúan las propuestas de los proveedores de tecnología. Encontrar un camino a seguir podría llevar varios meses, señalan los oficiales de cumplimiento y otros ejecutivos de la industria argumentando que la industria está analizando las soluciones tecnológicas que existen en la actualidad.
Los requisitos del GAFI han sido criticados dentro de la industria entre otras cuestiones porque pueden ser costosos para las nuevas empresas y potencialmente inadecuadas para una industria que otorga un valor cultural a las transacciones anónimas. Existe la preocupación de que la regla de viaje pueda alentar a clientes que se sientan intimidados por esta obligación a utilizar más transacciones entre pares –peer-to-peer—anónimas.
Algunos ejecutivos plantean que el nuevo enfoque se basa en cómo aplicar reglas tradicionales en una realidad nueva en lugar de buscar nuevas alternativas para que, por ejemplo, la tecnología de blockchain ayude a las agencias de aplicación de ley.
Los ejecutivos señalan que están lidiando con varios desafíos logísticos a medida que buscan la mejor manera de cumplir. El principal de ellos es cómo compartir información para que solo otros intercambios y empresas obligadas a cumplir con la regla de viaje puedan verla. El riesgo es que los datos del cliente terminen en las manos equivocadas.
Si algunos países, por ejemplo los países que no pertenecen al GAFI, adoptan un conjunto diferente de reglas para las transferencias de dinero, podría crear una gran cantidad de regulaciones que las empresas de cifrado deberán cumplir.
El GAFI dijo en junio que supervisaría el cumplimiento por parte de los países y las empresas y realizaría una revisión de 12 meses en junio de 2020. Los ejecutivos estiman que poner en marcha un sistema de cumplimiento para entonces es un objetivo ambicioso. Los próximos meses serán una prueba para la industria emergente
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