lunes, 23 de septiembre de 2019

CUANDO SE TRATA DE PRINCIPIOS DE AUDITORÍA INTERNA: EL SOPORTE DEBE ESTAR COMPLETO

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En mi publicación de blog anterior, exploré la mitad de los Principios básicos del IIA en relación con el reciente lanzamiento de una nueva Guía de práctica, ” Demostrando los principios básicos para la práctica profesional de la auditoría interna “. Sin embargo, cuando se trata de principios, debemos estar todos dentro. Entonces, en este blog, examinaré los cinco principios restantes.
Es importante repetir mi sincera creencia de que demostrar nuestra adhesión a los Principios Básicos es el camino que llevará a nuestra profesión hacia un futuro exitoso. Las Normas Internacionales para la Práctica Profesional de Auditoría Interna y otras partes del Marco de Prácticas Profesionales Internacionales brindan reglas y dirección específicas a los profesionales, pero los Principios Básicos son la base sobre la cual se construye nuestra casa. Como señaló una vez el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, “las reglas no son necesariamente sagradas, los principios sí lo son”.
Entonces, con un guiño a esa reverencia, ofrezco mis observaciones de los Principios Básicos 6 a 10.
Demuestra calidad y mejora continua. Este principio básico habla de la necesidad de que los auditores internos busquen constantemente mejorar nuestras habilidades y servicios para nuestras organizaciones. La serie 1300 de las Normas exige que los directores ejecutivos de auditoría (CAE) establezcan y mantengan un programa de garantía y mejora de la calidad (QAIP). Me gusta destacar el aspecto de mejora del estándar QAIP porque es una demostración medible de nuestro compromiso con el principio.
El monitoreo continuo del desempeño de la auditoría interna, las autoevaluaciones periódicas o las evaluaciones externas por parte de personal calificado y las revisiones formales externas de garantía de calidad cada cinco años son opciones para monitorear qué tan bien lo estamos haciendo.
Como mencioné en la publicación anterior relacionada con el principio básico de demostrar competencia y la debida atención profesional, debemos desafiarnos a nosotros mismos para expandir nuestro conocimiento, habilidades y experiencia de acuerdo con las demandas de nuestras organizaciones.
Se comunica de manera efectiva. Existen varios estándares que abordan la comunicación, incluida la serie 1300, que requiere que los DEA comuniquen a las partes interesadas los resultados de las revisiones periódicas de garantía de calidad. Las Normas también requieren que los CAE se comuniquen en la planificación y el desempeño del compromiso, así como también en la presentación de informes sobre los hallazgos. Ciertamente deben comunicar la aceptación del riesgo. La guía práctica se refiere a los CAE “que promueven activamente la misión, el papel, el valor y la efectividad de la actividad de auditoría interna”.
Debo enfatizar aquí que la comunicación no es un ejercicio de casilla de verificación, sino una habilidad que se perfecciona a lo largo de los años. Uno puede pasar por los movimientos de comunicar información, acciones y recomendaciones a las partes interesadas, pero la comunicación efectiva es una vía de doble sentido. Debe haber un intercambio de conocimiento, propósito, deseo, frustraciones y objetivos comunes para que haya comunicaciones efectivas. Lograr este intercambio requiere relaciones con las partes interesadas basadas en el respeto y la confianza mutuos.
Proporciona aseguramiento basado en el riesgo. La nueva guía de práctica señala que este principio básico encarna la esencia de la misión de auditoría interna “para mejorar y proteger el valor organizacional al proporcionar aseguramiento, asesoramiento e información objetiva y basada en el riesgo”.
Casi todos los aspectos del rol del CAE demuestran la adhesión a este principio central, desde evaluar los procesos de gobernanza, gestión de riesgos y control de la organización, hasta evaluar el rol de la cultura y la madurez. El Principio central 4, que se alinea con las estrategias, objetivos y riesgos de la organización, también contribuye a proporcionar una garantía basada en el riesgo.
El mayor desafío para este principio central es que, si bien muchos aspectos de la función de auditoría interna y el rol del CAE dentro de ella ayudan a demostrar la adhesión, lograr una garantía efectiva basada en el riesgo es un desafío importante que requiere la colaboración con nuestros grupos de interés y una comprensión profunda de La estrategia, cultura y objetivos de la organización.
Ser perspicaz, proactivo y centrado en el futuro. A menudo he escrito sobre auditorías internas que van desde proporcionar una retrospectiva simple hasta proporcionar información y previsión. Este principio central captura esa evolución. La auditoría interna perspicaz debe educar a las partes interesadas sobre el impacto y las causas fundamentales de las fallas de control, incorporar el conocimiento de los riesgos emergentes en la estrategia de riesgos de la organización y aplicar estos conocimientos y otros para mejorar la gestión de riesgos en toda la organización.
El papel de la auditoría interna como educador puede demostrar que se centra en el futuro. Por ejemplo, la auditoría interna puede alertar a la organización sobre las tendencias tecnológicas emergentes, como la 5G, que afectarán a la organización y ayudarán a prepararla para su llegada.
Promoción de la mejora organizativa. Según la nueva guía de práctica, “… la naturaleza misma del trabajo de auditoría interna es evaluar y contribuir a la mejora de los procesos de gobernanza, gestión de riesgos y control de la organización”. Esto es solo una parte de la imagen. El principio central requiere más que contribuir a la mejora organizacional. La auditoría interna debe tener un papel en la promoción de la mejora organizacional. Esto significa ser un líder al demostrar la mejora dentro de la función de auditoría interna y proporcionar la educación y los conocimientos necesarios para promover la mejora en toda la organización.
Esta exploración de los 10 Principios Básicos muestra la naturaleza entrelazada de muchos de los principios y cómo el éxito en un área puede apoyar el éxito en otra. En definitiva, hay dos objetivos que todo profesional debe esforzarse por lograr: 1) incorporar estos principios en todos los aspectos de su vida profesional; 2) ayudar a otros en la organización a adoptar y adaptar estos principios a sus roles. 
Si podemos lograr esos dos objetivos, nos posicionaremos a nosotros mismos y a nuestras organizaciones para tener éxito sin importar los desafíos que nos depare el futuro.
Como siempre, espero sus comentarios. 
Auditor Interno se complace en brindarle la oportunidad de compartir sus opiniones sobre estas publicaciones de blog. Algunos comentarios pueden ser reimpresos en otro lugar, en línea o sin conexión.
SOBRE EL AUTOR
Richard Chambers

Richard F. Chambers, CIA, QIAL, CGAP, CCSA, CRMA, es presidente y CEO de The IIA. En Chambers on the Profession , comparte sus reflexiones e ideas personales basadas en sus 40 años de experiencia en la profesión de auditoría interna

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