jueves, 18 de febrero de 2016

EL PAPEL DEL CONSEJERO INDEPENDIENTE

Estándar

Las conclusiones y los puntos de vista respecto de la trayectoria futura de la empresa, las áreas de negocios a desarrollar o emprender, las ventajas en aspectos competitivos y la posición a ocupar en los años venideros, dentro del mercado, son elementos indisolubles a la responsabilidad que asigna el Código de Mejores Prácticas Corporativas al Consejo de Administración.
La visión estratégica proporciona claridad sobre asuntos de importancia toral para la empresa, como hacer visible hacia dónde se dirige, es decir, cuál es su punto de destino y los caminos a seguir, así como las nuevas áreas de negocios a emprender, su secuencia y fases para los próximos años. De esta manera (y de acuerdo con Thompson y Strickland en Administración estratégica) el desarrollo de una visión estratégica no se traduce en un ejercicio para “fraguar palabras con el fin de crear un lema agradable para la compañía, más bien se trata de un ejercicio consistente en pensar estratégicamente sobre el futuro de la empresa, desarrollando un concepto viable de negocios a efecto de colocar a la organización en una trayectoria estratégica con la cual la administración esté plenamente comprometida. Se trata de encontrar una imagen coherente y poderosa de lo que pueden y deben ser los negocios de la empresa”.
Un rol trascendental
Existe, por tradición, la tendencia en las empresas a llevar a cabo una integración del Consejo de Administración, de acuerdo con sus necesidades particulares y con un enfoque hacia la atención de ciertos asuntos que consideran prioritarios o estratégicos. De acuerdo con esta idea, Stein y Plaza (2011) opinan que la inserción de los consejeros independientes a los consejos de administración obedece más a las posibles contribuciones estratégicas que estos realizarán, como resultado de su conocimiento o dominio de un determinado sector, que a las recomendaciones sobre independencia que se derivan de los códigos y demás regulaciones en la materia.
Ese nivel de especialización y orientación sobre el conocimiento global de un determinado sector de la industria, el comercio o los servicios, convierte al consejero independiente en un elemento clave en el desarrollo de la visión estratégica de la compañía, la cual debe seguir una secuencia piramidal, como se muestra en el siguiente cuadro:
De acuerdo con esta ilustración, la visión estratégica se entiende como un todo que abarca los diferentes niveles de la empresa, tanto en áreas sustantivas, como administrativas. En el centro de la pirámide aparece la estrategia de negocio, que hace alusión a precisar el esquema y las acciones específicas necesarias, para permanecer y desarrollarse con éxito en el mercado, así como para lograr ventajas competitivas en condiciones externas cambiantes o turbulentas.
A su vez, las estrategias funcionales se refieren concretamente al conjunto de acciones o tácticas coherentes con la visión estratégica corporativa, orientadas a apoyar la instrumentación de la estrategia de negocio y cumplir con los indicadores de desempeño establecidos para las distintas áreas de la empresa. Por último, las estrategias operativas constituyen el elemento de detalle, que consigna los objetivos y parámetros de las áreas que tienen un significado estratégico para la operación, como la logística, el control de calidad del producto, inventarios, adquisiciones y mantenimiento.
Por C.P.C. y P.C.C.A. José Carlos Cardoso C.
Socio Director de MGI Bargalló Cardoso y Asociados, S.C.
Fuente: http://veritasonline.com.mx/  – http://www.ccpm.org.mx/

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