CUANDO EL REMEDIO DE LA ABUELA NO ALCANZA
Estándar
Por Andrés Rebagliati
El 70% de las empresas familiares desaparece en la transición de la primera a la segunda generación (hijos) y el 30% restante, solamente el 15% sobrevive a la tercera generación (nietos). Por qué
A veces tiene que ver con problemas comunes y corrientes. Por ejemplo, las discusiones de la casa que se llevan al trabajo, y viceversa. O con un sucesor que no tiene la misma vocación que su padre.
En otras ocasiones, hay que hablar de las decisiones equivocadas, como priorizar un familiar para alguien que no conoce, sin tener en cuenta capacidades o experiencias de cada uno.
Pero en líneas generales, lo que impide pasar de una generación a la siguiente cuestión de los problemas de organización al momento de hacer el cambio de mando. Ahí está la verdadera causa madre que puede explicar el cierre de tantas empresas familiares.
3 problemas de organización
– La información sobre una empresa familiar suele estar en manos de pocas. De hecho, puede estar en manos del padre y / o la madre, lo que responde al modelo de organización de la casa. Tanta dependencia resulta un problema cuando el líder no está más y los que tienen que asumir su posición son los sucesores. Por eso, es fundamental democratizar el acceso a la información (no necesariamente toda) entre más personas.
– La distribución de las tareas y el control de su ejecución no siempre sigue un proceso ordenado. En este caso, también la organización puede replicar el funcionamiento de la casa, en donde hay un líder que ordena y los niños que acatan, pero no existe un proceso para medir y controlar las tareas que se realizan.
– En casos extremos, los registros de datos (financieros, de ventas, de facturación, etc.) no existe, y la empresa no sabe en dónde está parada. Esto significa que no hay nada que ver y que tenga un conocimiento integral sobre la situación de la empresa.
En este contexto, hay que hablar de la necesidad de profesionalizar el trabajo de muchas empresas familiares. Esto puede hacer, por ejemplo, contratando a un CEO que aporte una visión externa a la familia. A veces es necesario alguien con un poco más de la perspectiva, que no es inmerso en los problemas familiares del día al día.
Otra variante es profesionalizar la comunicación y la integración de los procesos internos a través de un software CRM (Gestión comercial) y ERP (Gestión administrativa-contable), que ayude a resolver los problemas de organización y hacer más sencilla la sucesión.
Lo cierto es que hoy en día, aproximadamente el 70% de las empresas de Latinoamérica son familiares. Muchas están adaptadas a lo que el mundo de negocios exige, pero muchas otras no.
Algunas de las cosas que se venden en los mercados cada vez más competitivos, las soluciones se pueden encontrar por fuera de la familia. Cuando se trata de problemas de gestión, por ejemplo, no conviene quedarse con el remedio casero de la abuela.
Escrito por Andrés Rebagliati, Responsable de contenidos en TACTICASOFT ( www.tacticasoft.com
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