Uno de los principios fundamentales de las Finanzas es la teoría del Trade-Off o en otras palabras, el intercambio entre riesgo y rentabilidad. Este principio dice que, a mayor rentabilidad deseada, mayor es el riesgo que se debe asumir. Toda persona tiene cierto grado de aversión al riesgo, lo cual influye financieramente en que, ante dos alternativas de inversión de igual rentabilidad, se escogerá la alternativa de menor riesgo.
Para que un inversor pueda determinar cuánto debería ganar, primero debería estimar los riesgos a los que deberá enfrentarse en el negocio. De acuerdo al riesgo estimado, se debe establecer una rentabilidad mínima esperada que compense tales riesgos asumidos. Y en cuestión de riesgos, es importante aplicar otro principio de Finanzas que básicamente dice que: no debemos poner todos los huevos en la misma canasta. Y no debemos poner todas las canastas en la misma mesa. Y no debemos poner todas las mesas en la misma casa. Por eso los inversores profesionales no solo invierten en una sola empresa, de una sola industria y de un solo país. Los inversores diversifican su inversión buscando varias empresas de varios sectores y/o de varios países para así administrar sus riesgos, disminuyendo su riesgo total lo máximo posible. En este artículo publicado en mi blog, analizo cómo los inversores deberían establecer su rentabilidad mínima esperada cuando invierten en acciones de una empresa en marcha.
En mi sitio web encontrarán más entradas con temas interesantes en la sección del blog, además de varios artículos escritos para diversas revistas del medio, en la sección «artículos».
Fernando Romero, FMVA. 
Consultor Financiero | 
Profesor de Finanzas | 
Autor de Textos | 
+17 años de experencia en Valoración de Empresas 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario