Publicado el por Javier Klus, CIA. MBA.
Para los lectores que ven este título seguramente les llame un poco la atención que he utilizado la palabra profesión, por lo que les propongo primero analizar la definición de esta palabra.
Se entiende por profesión “la actividad habitual de una persona, generalmente para la que se ha preparado, que, al ejercerla, tiene derecho a recibir remuneración o salario”.
Por otro lado también tenemos la definición de gestión de riesgo la cual según Wikipedia “es un enfoque estructurado para manejar la incertidumbre relativa a una amenaza a través de una secuencia de actividades que incluyen la identificación, análisis y evaluación de riesgos”.
Ya tenemos las dos definiciones, y vamos a relacionarlas, demás está decir que vivimos en una época signada por la aparición de riesgos emergentes, hace dos años que estamos atravesando la pandemia del COVIT y este año, en el inicio de los planes de auditoría de las empresas, empezábamos a ver que este riesgo comenzaba a perder relevancia, su impacto y probabilidad se iban reduciendo. Pero parece que los riesgos emergentes últimamente empiezan a comienzo del año, y de un día para el otro, vimos que una nueva guerra en Europa empezaba a afectar a las compañías, los comodities subían, sanciones comerciales, empresas que comercializan con Rusia o con Ucrania o bien empresas que se iban de esos mercados. La situación empezó a generar una serie de riesgos que todavía no tenemos la capacidad de dimensionar.
Por lo tanto, la administración de riesgos se ha vuelto una actividad imprescindible para las empresas, la gestión de riesgo no debe ya ser una actividad aislada, debemos tener una estructura permanente dentro de la organización que se encargue de monitorear los mismos y no sólo por estos riesgos emergentes que son extraordinarios (pero que últimamente se han hecho habituales) sino por otros riesgos que hace tiempo que están dando vuelta dentro de las organizaciones y que se hace imperioso gestionarlos, ciberseguridad, impacto tecnológico, obsolescencia, teletrabajo, impacto ambiental y otros más que podemos mencionar.
Los riesgos han tomado una relevancia que hace que las empresas deban diseñar estructuras destinadas a su seguimiento, análisis y gestión.
Y aquí enlazamos la segunda definición que hemos visto, dijimos que una profesión es una actividad habitual de una persona, para la cual se ha preparado y para la cual espera recibir una remuneración. Pues la gestión de riesgos ya se ha vuelto una profesión, los riesgos son habituales, nuestras empresas requieren de personas que estén las 25 horas del día analizándolos, mitigándolos, anticipándose a los mismos. La gestión de riesgos ya requiere de personas que tengan un expertice específico, los Auditores Internos son una de esas personas, dentro de este universo, los profesionales que han realizado la certificación CRMA (Certificación en Risk Management Assurande) expedida por el IIA son otro ejemplo, o bien cualquier profesional que ha realizado especializaciones o Diplomaturas en Gestión de riesgos también lo es.
La gestión de riesgos es una actividad que tiene que ser habitual en las organizaciones y obviamente las personas que sepan desempeñar esta tarea tendrán una muy buena remuneración dado estos tiempos.
Vivimos en tiempos presentes repletos de riesgos, conocidos y que tal vez en este momento se están “incubando”, por lo tanto, debemos tener en nuestras organizaciones profesionales capacitados que nos ayuden a lidiar con los mismos. Este es un desafío presente de todas las organizaciones en estos tiempos.
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