Por: Eric Turner*, CPA, CA.
Actualmente las empresas están utilizando diversos métodos para comunicar información financiera, narrativa y cualitativa con el objetivo de ayudar a mejorar la toma de decisiones de las partes interesadas. Teniendo en cuenta esto, se puede pensar que los auditores han revisado y aprobado esa información como parte de la auditoría de los estados financieros de las entidades. Pero, ¿en realidad lo han hecho?
Debido a que los estados financieros auditados son, a menudo, la base de gran parte de la información que proporcionan las entidades; los usuarios, por lo general, esperan que los auditores hayan estado involucrados con la información más allá de la auditoría de los estados financieros, añadiéndole así un mayor nivel de fiabilidad. Considere la situación común del informe anual de una entidad (que está diseñado principalmente para dar a los accionistas información sobre la evolución de la empresa, la situación y los resultados financieros), que incluye los estados financieros auditados. Las normas de auditoría requieren que cuando el informe anual sobre los estados financieros esté disponible, el auditor, antes de firmarlo, lo revise en busca de inconsistencias. La principal tarea del auditor es asegurarse de que no haya nada en el informe anual que indique que los estados financieros contienen errores. Si el auditor, al leer el informe anual, percibe algún error evidente, debe discutirlo con la dirección para tomar las medidas apropiadas. Esto podría proporcionar una cierta confianza, aunque limitada, a los lectores del informe anual.
Incluso en esta relativamente sencilla situación, un lector podría preguntarse qué tanta garantía de fiabilidad está recibiendo. Por ejemplo, ¿qué significa realmente “leer el informe”? ¿Incluye la lectura de todo el informe, incluso de partes que pueden no contener ninguna información financiera? ¿Qué tanto revisa el auditor la información que no se extrae directamente de, pero que puede conciliarse con, los estados financieros? ¿Qué filtros aplica el auditor al leer el informe anual? ¿Su perspectiva abarca solo los estados financieros auditados o es más amplia y tiene en cuenta el conocimiento del auditor, obtenido durante la auditoría, tanto de la entidad como de su entorno? ¿Comunica el auditor claramente su grado de vinculación con los datos, para que los usuarios no den por sentado un nivel aseguramiento incorrecto con relación a la fiabilidad de la información?
Este problema se vuelve más complejo en lo referente a la información no incluida en el informe anual; sobre todo, cuando tal información es emitida mucho después de que la auditoría de los estados financieros se ha completado. Por ejemplo, cuando el propietario de una pequeña empresa está tratando de obtener fondos en préstamo y reúne un paquete de información, que incluye los estados financieros auditados, para los posibles prestamistas, ¿qué puede el banco concluir acerca de la responsabilidad del auditor en relación con esta información?
La investigación en esta área sugiere que hay una diferencia de expectativas entre lo que los usuarios creen que los auditores hacen y lo que ellos realmente hacen. También, se ha observado una falta de consistencia en cuanto al grado de vinculación de los auditores con otra información. La falta de coherencia puede afectar la calidad de la auditoría. Por esta razón, los emisores de normas globales están abordando los problemas a través de proyectos para revisar las normas concernientes a las auditorías de estados financieros y a las responsabilidades del auditor relativas a otra información.
Tomado de la página de la CPA Chartered Professional Accountants, Canada: https://www.cpacanada.ca
* Director, Auditing and Assurance Standards, CPA Canada.
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