jueves, 27 de septiembre de 2018

CASH MANAGEMENT II: GESTIÓN DE STOCKS.

Estándar
Julián Pérez García Gasco
Administración, contabilidad, tesorería y fiscalidad.
En el artículo anterior “Cash Management I: Gestión del circulante”, hablábamos del PMM o periodo medio de maduración.
Uno de los componentes de dicho periodo son las existencias (PMA o periodo medio de almacenamiento). En este artículo trataremos de los diferentes modelos de gestión de las mercaderías para poner de manifiesto su relación con los niveles de inversión que las empresas deben realizar para su mantenimiento.
Según el punto de vista, si de un jefe de almacén lo definiera, los stocks son necesarios para mantener la producción y atender a los clientes adecuadamente. Pero financieramente son un despilfarro de fondos. Grandes stocks revelan posibles ineficiencias en los procesos de producción provocando costes de transporte, almacenaje, manipulación y esperas. ¿Se cuantifican estos costes en las empresas?.
En definitiva, esa es la clave, cuantificar los costes, analizar los procesos puede ser un buen punto de partida para detectar dichas ineficiencias, obtimizándolas, y por ende, minimizando los stocks reduciendo así las necesidades de financiación de los mismos.
Vamos a proceder a poner de manifiesto las diferentes formas de gestión de sotcks. Teniendo en cuenta que ni son todas ni mejores o peores. Hay que analizar el mercado, el negocio, la capacidad de respuesta de nuestros proveedores y la competencia directa.
El modelo de gestión clásico aboga por el mantenimiento de un stock considerable y suficiente, para así mantener la capacidad de producción o en su caso poder hacer frente a los requerimientos del cliente, alardaría un curtido jefe de almacén con bastantes años de experiencia. Visto así compramos.
Pero y si rascamos un poquito en los procesos de gestión. Posiblemente ese elevado nivel de stock esté enmascarando problemas de base en el sistema productivo como podrían ser a modo de ejemplo:
  • Tiempo excesivo de preparación de los pedidos.
  • Mermas y defectos de calidad.
  • Mala o nula organización.
  • Sistemas de gestión obsoletos.
  • Planificación de compras incorrecta.
  • Largos plazos de suministro.
  • Etc….
Todo esto provoca unas necesidades de inversión excesivas e innecesarias, despilfarrando fondos por una gestión de stocks inadecuada. Bastaría con analizar los procesos para así detectar y corregir las ineficiencias y reducir el stock al mínimo indispensable.
En el lado contrario tenemos los sistemas de gestión mas avanzados o mundialmente conocidos como Lean Management, basados en el modelo de gestión Toyota.
Para el Lean Management el stock es un completo despilfarro de fondos a evitar, entendiendo como despilfarro aquella actividad o consumo de recursos que no aportan valor añadido alguno. (El stock consume recursos pero no aporta valor, es decir, ingresos puesto que el consumidor no los valora). Podríamos aseverar, según el sistema Lean, que el stock es una medida directa de la incompetencia del sistema y su dirección.
El stock controlado y limitado puede adoptar dos modalidades:
  1. Supermercado: Los clientes retiran productos de las estanterías, luego basta con rellenar los huecos con los productos correspondientes. En los supermercados los huecos que dejan las unidades de producto retiradas generan ordenes para que el proceso elabore nuevas unidades como las extraídas y se realice la correspondiente reposición. En este sistema si se tiene en cuenta la estacionalidad de las ventas.
  2. FIFO: (First in First out) Cuando el stock en determinados puntos del flujo en un orden concreto y predeterminado, por lo tanto la producción se produce con una secuencia de unidades ya establecida que se mantiene desde el proceso anterior hasta el que sigue al stock. Este sistema es para aquellos procesos sin estacionalidad ya que el sistema productivo está estandarizado y es lineal.
Evidentemente, a medida que van reduciéndose las cantidades de interrupciones en el flujo de actividad hacia el cliente, es decir, eliminado aquellos procesos que no aportan valor, el stock también deberá disminuir, e incluso podrá desaparecer, si desaparece la causa de la inestabilidad en el flujo.
Esta es la tendencia actual, al menos en la medida que se apliquen modelos de gestión avanzados. Con ello, se pueden lograr que los sistemas productivos, ya sean industriales o de servicios, puedan ser realmente eficientes y competitivos.
Sin embargo todavía muchas empresas piensan de la forma tradicional, considerando un stock elevado conveniente e incluso bueno, ocultando así, deliberada o no, ineficiencias en los sistemas productivos o en los procesos de trabajo.
Como conclusión decir que los modelos clásicos requieren de mayor financiación inmovilizando recursos y generando costes posiblemente evitables. En cambio en los sistemas de gestión avanzados se tiende a minimizar e incluso eliminar el stock y requerirá de menor financiación sin inmovilizar apenas recursos y maximizando la eficiencia del sistema.

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