MANEJO DE LA PERSUASIÓN EN LOS REPORTES DE AUDITORÍA INTERNA
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Las herramientas discursivas que nos brinda el lenguaje, permiten que la comunicación se dé de manera eficiente y eficaz. Todos los profesionales deben tener una buena capacidad comunicativa, para apoyar su labor y lograr transmitir los conocimientos necesarios. En especial el caso de aquellos que deben preparar informes o reportes dirigidos a sus superiores. Es el caso de los reportes que deben preparar los auditores internos, en los que deben incluir hallazgos y evidencias de la auditoría, así como una serie de conclusiones acerca de los mismos. La importancia del lenguaje que se usa para estos reportes es valiosa, pero muchas veces esto no se tiene en cuenta por parte del auditor. Lo que es aún más problemático, los centros de estudio no se enfocan demasiado en enseñar a los estudiantes sobre estos reportes y por lo tanto no los preparan para realizar uno que sea coherente y cohesivo.
Por el carácter de un reporte de auditoría interna, puede malinterpretarse el tono del discurso. Es decir, se tiene la concepción de que la elaboración de un reporte maneja un lenguaje punitivo y agresivo, pues lo que se está haciendo es señalar aquello que está funcionando mal dentro de la empresa. Sin embargo, la realidad es completamente opuesta a ello: un reporte de auditoría interna es un documento que le va a permitir un beneficio a la empresa, pues se hace un diagnóstico de aquello que está mal y se aconseja a cerca de lo que se puede hacer para superar dichos percances. Esto libera al reporte del auditor de la rigurosidad punitiva y de carácter agresivo y más bien le da un enfoque de acompañamiento responsable y de trabajo en equipo. Esto debe darse sin olvidar que el auditor interno debe mantener la imparcialidad en sus reportes, así como el carácter formal en el que estos deben proponerse.
De acuerdo con Chambers (2017), el arte de la persuasión hace parte de los atributos claves que debe tener un auditor interno. En efecto, la persuasión sería la clave para desarrollar los reportajes resultados del ejercicio de la auditoría. Según la RAE (Real Academia Española), persuadir es “inducir, mover, obligar a alguien con razones a creer o hacer algo”; es decir, permite la exposición de unos argumentos de tal manera que logren convencer a los directivos de una empresa de las falencias que se están presentando y que han generado problemas dentro de la empresa. Este ejercicio de persuasión por lo tanto debe generar un cambio positivo en la empresa, de tal manera que se logre un ambiente de colaboración y mejora continua. Esta actitud va a generar que los receptores de los reportes de auditoría se muestren más cómodos, abiertos y receptivos frente a las recomendaciones que se les hagan.
La persuasión es entonces un atributo clave a la hora de redactar informes de auditoría interna, de tal manera que los informes sean de tal influencia, que logren que la administración tome medidas respecto aquellas recomendaciones que se reportan. Esto se logra a través de una elocuencia llamativa, un buen uso de vocabulario, que no sea complicado, sino que permita hacer una buena construcción argumentativa, y un discurso cohesivo y coherente. Pero además de una construcción lógica de las oraciones y una coherencia textual, también deben existir valores éticos profesionales dentro de la información que se está proporcionando.
Un auditor interno debe ser sincero y tener realmente la voluntad de mejorar el funcionamiento de la empresa a la que está sirviendo. De tal manera que la labor de un auditor interno que esté comprometido con el mejoramiento de la empresa, logra llevar a cabo una auditoría interna que le permita el diálogo eficaz y amigable con los directivos. Esto además requiere que los auditores internos alienten a los administradores a crear un ambiente de mejora entre los empleados. Es decir que la persuasión va más allá de un discurso bien articulado, pues implica un enfoque disciplinado e intelectual del auditor. Intelectual debido a que el ejercicio de auditoría exige una expansión de perspectivas por parte del profesional. Es decir, el auditor interno debe indagar y presentar fuentes confiables de su investigación, incluso si aquellas van en contra de sus premisas. Es decir, la presentación de la realidad debe darse de manera imparcial.
De todo esto, se puede concluir que el arte de la persuasión aplicado a los reportes de auditoría interna, implica que haya tanto una negociación como un compromiso entre el auditor y el administrador de una empresa con el mejoramiento constante del funcionamiento de la misma. Estos dos elementos son parte esencial para lograr una comunicación eficaz, a través de los informes de auditoría que se presentan, que no generen una sensación de malestar y controversia, sino que sean amables y elocuentes.
Bibliografía
Chambers, R. (2017). The lost art of persuasion. En línea, disponible en: https://iaonline.theiia.org/blogs/chambers/2017/Pages/The-Lost-Art-of-Persuasion.aspx
RAE. Persuadir. En línea, disponible en: http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=persuadir
Chambers, R. (2017). The lost art of persuasion. En línea, disponible en: https://iaonline.theiia.org/blogs/chambers/2017/Pages/The-Lost-Art-of-Persuasion.aspx
RAE. Persuadir. En línea, disponible en: http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=persuadir
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